Razones por las cuales algunos empresarios le temen a este modelo de expansión, y razones por las que sí pueden confiar en el sistema
El modelo de franquicias, especialmente en los últimos años, se ha erigido como el esquema por excelencia para promover la expansión acelerada y la internacionalización de negocios exitosos. Hoy se estima que existan más de 120 mil marcas de franquicia en todo el mundo. Solo en Latinoamérica registramos alrededor de 7.000 empresas del sector, número que se incrementa a 8.500 si observamos el ámbito iberoamericano en su totalidad.
Pero a pesar de que la palabra franquicia se ha convertido prácticamente en sinónimo de éxito e innovación comercial, sigue habiendo mitos en torno al sistema, que generan desconfianza en algunos empresarios a la hora de considerar mecanismos para expandir sus conceptos.
Es muy importante aclarar que la mayoría de las razones para no franquiciar pueden surgir de un desconocimiento total o parcial, o de confusiones con respecto a este esquema de expansión de negocios, por lo cual nos hemos propuesto ofrecer un panorama esclarecedor sobre las verdades y potencialidades de la franquicia, construido con el aporte mancomunado de todos los consultores de franquicia que hacen vida en la red Front Consulting International – FCI, sobre la base de su experiencia acumulada de varias décadas en el sector.
Veamos entonces cuáles son las siete razones más comunes por las cuales algunas empresas no adoptan el sistema de franquicias, así como la explicación detrás de lo que pueden ser algunas ideas erróneas.
1. Porque no lo necesitan: Existen empresas lo suficientemente robustas, que cuentan con la capacidad tanto económica como operativa para poder abrir sus puntos propios y, por ende, no visualizan el beneficio de establecer un esquema adicional de expansión. Además, pueden querer evitar los posibles inconvenientes percibidos de incorporar a terceros en su red de tiendas. Sin embargo, hay empresas con estas características que han entendido que el formato de franquicia no es excluyente, es decir, lo pueden desarrollar y tenerlo para implementarlo donde y cuando lo consideren conveniente, sin que ello implique dejar de abrir tiendas propias. De ese modo, hay marcas que utilizan la franquicia para crecer en ciertos territorios, mientras que en otros mercados crecen con esfuerzo propio.
2. Por temor a posibles daños a la marca y/o su propiedad intelectual: Uno de los temores más comunes de los dueños de empresas son los posibles riesgos que puede implicar el entregarles sus secretos industriales (recetas, procedimientos, modelos, etc.) a terceros, quienes podrían luego robárselos e implementarlos por su cuenta. Asimismo, se percibe el peligro de que acciones incorrectas de un franquiciado pueden dañar a la marca. Si bien es cierto que estos peligros pueden estar presentes, una franquicia bien estructurada, con un contrato robusto y que se combine con un correcto establecimiento del perfil del franquiciado, permite reducir esos riesgos al mínimo. Ese es justo el trabajo de un buen consultor: apoyarse en su experiencia acumulada en innumerables proyectos de franquicia para ofrecer todo ese know-how a cada uno de sus clientes a la hora de desarrollar sus franquicias.
3. Porque consideran que no cuentan con capital suficiente para asumir el compromiso de la consultoría de franquicias: Existen pequeñas y medianas empresas que, a pesar de exitosas, creen que la consultoría de franquicias tiene costos prohibitivos. Sin embargo, el costo real de un proceso integral de estructuración de franquicias, aunque varía según proyecto específico, territorio y tipología de la franquicia, normalmente está en un rango que puede ser recuperado con el otorgamiento de las primeras dos o tres franquicias.
4. Porque no se sienten listos para crecer por la vía de franquicias: Algunos empresarios han escuchado de la necesidad de estandarizar sus procesos y robustecer su operación como requisito previo a la adopción de la franquicia. Sin que esto deje de ser cierto, las necesidades y oportunidades de mercado, especialmente en países emergentes como los latinoamericanos, han empujado a las empresas a buscar expansión en etapas tempranas, sobre todo por aquel axioma de que “si tú no ocupas el espacio que se presenta, alguien más lo va a ocupar por ti”. Una buena oficina de consultoría es capaz de identificar realmente en qué áreas puede una empresa necesitar optimación, y cómo hacerlo de manera acelerada, para poder proceder a la estructuración correcta de su franquicia.
5. Porque consideran que los franquiciados no cumplirán los estándares de procesos y calidad: La posibilidad de que los franquiciados se desvíen o incumplan el seguimiento de los procesos, manuales, indicaciones, normas y estándares establecidos por casa matriz, es grandemente reducida con el desarrollo de un plan permanente de acompañamiento y servicio por parte de casa a matriz a sus franquiciados. He allí una de las claves de éxito de las grandes franquicias. Un buen consultor cuenta con las herramientas para desarrollar en detalle ese plan de soporte.
6. Porque “nadie más lo hará tan bien como yo”: El ego del empresario exitoso no puede ser desestimado. No en vano es, en muchas ocasiones, el motor que lo ha impulsado a conseguir ese éxito. En ocasiones puede suceder que ese empresario piense que nadie más podrá manejar su marca con su misma pasión y tino. Sin embargo, una franquicia exitosa es un sistema que se basa en la sinergia, en el cual las fortalezas individuales del franquiciante y sus franquiciados resultan en un todo cuyo valor es mayor que la suma de sus partes. Las mejores franquicias del mundo son grandes porque están diseñadas para multiplicar el talento de sus creadores y directores en cada uno de sus franquiciados.
7. Por la incertidumbre sobre el potencial real de expansión: En el mundo de los negocios no existen garantías de éxito, y muchos empresarios llevan ese principio a su máxima expresión a la hora de pensar en una expansión con terceros, más aún en escenarios de incertidumbre como los que vivimos en estos tiempos y especialmente en el entorno latinoamericano. Y ciertamente, la comercialización de franquicias es una de las tareas más complicadas y exigentes del mundo empresarial. Sin embargo, una red de consultores de primera línea como FCI no solo cuenta con el conocimiento, experiencia y herramientas para apoyar a las franquicias en su expansión a escala nacional e internacional, sino que además posee bases de datos de contactos pre-calificados como potenciales franquiciados de alto valor.
Al final del día, todas las razones antes expuestas se reducen a una falta de información fidedigna sobre las bondades reales y los retos del sistema de franquicias. No obstante, como es harto conocido en el mundo de los negocios, todo empresario exitoso llega tarde o temprano a una frontera, que es la de preguntarse, “¿Crezco o no crezco?”.
En caso de que la respuesta sea afirmativa, existen solo dos caminos: crecer por cuenta propia o crecer con el apoyo de terceros, vale decir, con el sistema de franquicias y otras vías asociativas o de partnerships. Como decíamos anteriormente, estos dos caminos no son mutuamente excluyentes.
Si la decisión implica caminos asociativos, el secreto es informarse muy bien sobre las posibilidades que ofrece el sistema de franquicias. ¿Y qué mejor manera de hacerlo que de la mano los consultores de mayor experiencia y trayectoria en Iberoamérica y el mundo?